Terapia de Campo Energético

Producto de nuestras interacciones cotidianas, se manifiestan en el campo, a modo de estructuras: formas de pensamientos, enfermedades, creencias, estancamientos, fugas y vacíos energéticos, fisuras, fracturas, grietas y variadas otras manifestaciones. También se pueden adosar a él, energías externas parasitarias, que lo debilitan. Se ve muy afectado por lo que ingerimos mediante nuestros sentidos; bebida, comida, drogas, por lo que vemos y escuchamos; violencia, odio, amor, compasión. En resumen, es muy susceptible al ambiente en el que vivimos. 

Lo que hacemos en la Terapia de Campo Energético, es manipular estas estructuras, donde se encuentra toda la información de la salud física, mental y emocional del paciente. Esto lo hace el Terapeuta, siguiendo los lineamientos que le entregan su Elevada Percepción Sensorial (EPS) y energías guías co-ayudantes del proceso curativo del paciente, pudiendo así realizar un análisis del campo y llevar adelante un tratamiento. Ya sea movilizando, readecuando o reparando las estructuras del campo, concretamente mediante el movimiento de la energía usando las manos y el cuerpo del terapeuta, así como sonidos (voz, instrumentos musicales, cuencos), cristales e imaginería.

La EPS del terapeuta la cultiva para acceder a estados expandidos de conciencia, posibilitando una mayor sensibilidad y la percepción de sus energías guías y las propias del consultante.

Esta interacción en distintos niveles de conciencia del paciente, terapeuta, energías guías, conducida de forma intencionada, dirigida, amorosa y compasiva, aplicada en el tiempo, logran el reequilibrio del campo energético y como resultado la sanación del consultante.

Aparte de lo saludable y distinto que se experimenta en las sesiones, es importante destacar la transformación beneficiosa y profunda que lleva a cabo el propio consultante a sus espacios y experiencias vitales, como familia, trabajo, amigos, sistemas de creencias, otros.